Información, conocimiento, inteligencia, sabiduría
- 22
- Ene
De cómo la madurez es el resultado del viaje de la ignorancia a la sabiduría.
Es un hecho que las personas, incluso las sociedades, funcionamos mediante modelos mentales que nos permiten actuar mecánicamente, sin necesidad de tener que estar descubriendo cada día lo mismo. Entre otras cosas, los modelos mentales nos ayudan a superar la complejidad del progreso, proporcionándonos la simplificación que necesitamos para seguir evolucionando.
Y qué interesante resulta el paralelismo existente entre el desarrollo social de las personas y el de las tecnologías de la información. Partiendo de la ignorancia total vamos reuniendo una apabullante cantidad de información (Big Data) del mundo que nos rodea. Pero son las experiencias reales (in-memory) las que filtran y convierten la información en conocimiento (BI) para construir nuestros modelos mentales (analytics).
Nuestro conocimiento se construye interrelacionando una ingente información de forma muy compleja, por lo que para manejarse con criterio y rapidez es necesario aprender a simplificar. Y esa capacidad de aprendizaje y simplificación es lo que determina nuestro nivel de inteligencia. Es decir, la inteligencia no es un don, es un desarrollo personal que nos ayuda a hacer un uso selectivo y acertado del conocimiento acumulado.
Por tanto, la inteligencia es un factor determinante en el desarrollo humano y tecnológico, que permite evolucionar e innovar en base a experiencias y capacidades. Sin embargo, la madurez que se necesita para desarrollar un alto nivel de inteligencia puede no ser suficiente para identificar las carencias existentes. Es decir, es necesario un nivel superior de inteligencia para reconocer los límites, y eso representa otra oportunidad más para seguir creciendo e innovando. Ese nivel superior es la sabiduría, esto es, “saber lo que se sabe y lo que no se sabe”. Se podría decir que Sócrates nació sabio, porque cuando dijo “sólo sé que no sé nada”, estaba fundiendo en una misma sentencia la ignorancia y la sabiduría.
Sin embargo, esta madurez luminosa que es la sabiduría se está convirtiendo en una dramática paradoja, pues la Sociedad la desprecia, el Mercado la prejubila y el Gobierno la abandona, impidiendo a los sabios seguir creciendo.